Los fans de la franquicia de The Elder Scrolls llevamos casi siete años esperando noticias concretas desde aquel breve anuncio del E3 2018. Pero en una reciente entrevista con GQ Magazine, Todd Howard, director creativo de Bethesda Game Studios, ha dejado caer una pista intrigante sobre cómo podría llegar el próximo capítulo de esta legendaria saga al mercado.
La verdad incómoda que Howard reconoce es que el juego sigue estando muy lejos de ver la luz. Sin embargo, lo interesante no está en lo que dice explícitamente, sino en cómo lo dice. El ejecutivo ha manifestado su frustración personal por cómo se anunció el juego hace años, admitiendo que idealmente preferiría “anunciar cosas y lanzarlas”, sin ese período extenuante de espera que suele acompañar a los grandes lanzamientos.
El experimento de Oblivion Remastered
La pieza clave de este rompecabezas es el lanzamiento sorpresa de The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered en abril de 2025. Bethesda, en un movimiento inusual, decidió revelar y lanzar prácticamente simultáneamente este remake clásico, sin la acostumbrada campaña de marketing previa que caracteriza a los grandes estudios.
Cuando el entrevistador de GQ preguntó directamente si Bethesda podría repetir esta estrategia con The Elder Scrolls 6, la respuesta de Howard fue ambigua pero reveladora: “Podrías decir que fue una prueba. Funcionó bastante bien”. Esa observación casual abre un mundo de posibilidades sobre cómo Bethesda podría aproximarse al lanzamiento del juego más esperado de la última década.
La paciencia como virtud estratégica
Howard ha sido claro en pedir paciencia a la comunidad, expresando que “predica la paciencia” y que no desea que los fans se sientan ansiosos. Esta insistencia en la calma revela la presión real que existe alrededor de este proyecto. La brecha de más de catorce años entre Skyrim (2011) y el presente ha generado expectativas prácticamente imposibles de satisfacer.
Lo que Howard también ha aclarado es que el desarrollo de The Elder Scrolls 6 es ahora “la tarea diaria” en las oficinas de Bethesda. El equipo recientemente realizó una sesión de pruebas de tres horas con fans que recaudaron dinero para Make-A-Wish, permitiendo que experimentaran primeras manos el progreso actual del juego. Este cambio de enfoque sugiere que el proyecto ha entrado en fases más avanzadas de desarrollo.
¿Un simulador de fantasía definitivo?
Howard ha utilizado una descripción particular para The Elder Scrolls 6 que merece atención: desea que sea el “simulador de mundos de fantasía definitivo”. Esta ambición, combinada con el tiempo invertido en desarrollo, sugiere que Bethesda no está simplemente haciendo un Skyrim mejorado, sino reimaginando fundamentalmente qué puede ser un juego de rol masivo en un mundo de fantasía abierto.
La paradoja interesante es que mientras Bethesda ha tenido tiempo para perfeccionar tecnología e ideas, el desarrollo ha sido lo suficientemente largo como para que genere dudas genuinas entre los jugadores sobre si el juego podría estar a la altura de expectativas infladas por años de espera.
Mi reflexión final
Lo que emerge de estas declaraciones es un estudio que aparentemente está reconociendo sus propios errores de comunicación pasados. Todd Howard parece frustrado por haber anunciado el juego demasiado pronto, y la mención cuidadosa del éxito de Oblivion Remastered suena menos como una promesa y más como un pensamiento en voz alta sobre cómo manejar correctamente un lanzamiento tan trascendental.
Si Bethesda realmente intenta reproducir la estrategia sorpresa con The Elder Scrolls 6, sería un movimiento sin precedentes para un juego de esta escala. Aunque es improbable que Microsoft permita una sorpresa completa para su título de fantasía AAA más importante, quizás sí reduciremos ese ciclo interminable de teasing que caracteriza normalmente a los grandes lanzamientos. Por ahora, todo lo que nos queda es paciencia, esa virtud que Todd Howard tanto predica.


